jueves, marzo 04, 2010

“NOS QUITARÁN EL MAR”




La última marcha en Guayaquil, contra del gobierno, solo demostró, luego de tanto esfuerzo en el gobierno y en la historia, que lo que Nebot sueña es con la separación de la ciudad de Guayaquil del Ecuador. Es algo increíble e inconcebible, pero el discurso regionalista y separatista es permanente. La lucha es de Guayaquil vs. el resto del mundo, parece decirnos su alcalde.
Nebot parece considerar que su ciudad es un estado monárquico y que ha llegado un “invasor” que va “a quitarles el mar”. No sabíamos que el mar le pertenecía al señor Nebot, tampoco sabíamos que el mar era de alguien y tampoco que si una comarca con tintes miserables, como Posorja, se volviera Cantón para el progreso, impediría que los “guayaquileños” acudan a sus orillas.
Nunca escuché a Nebot tan perdido, tan iluso, tan sofocado. Nunca lo hallé tan poco inteligente, tan fácil, tan predecible. Es una pena, porque hay que reconocer que Guayaquil antes de los Social Cristianos sí era una cloaca total. Ahora es una cloaca en las zonas periféricas, no más. La regeneración urbana en Guayaquil “no es de todos”, ni lo será, pero al menos, ya se pueden ver las casitas pintadas en las Peñas, aunque todavía una parte de la emblemática loma está como era antes.
Lo que más pena me da es la cuestión regionalista. Imagínense que el señor Nebot puso el siguiente ejemplo, para hacerle notar a la gente que el gobierno “les quitará el mar”: “es como si a Quito le quitaran el Pichincha”. Señor Nebot, si a los quiteños les quitarán el Pichincha no pasaría nada, irían hasta donde el gran volcán se encuentre, así como los guayaquileños siguen yendo a Salinas, pese a que “el gobierno les quitó” su balneario y todo por “hacerle provincia”. Es decir usted, señor Nebot, solo busca el progreso de Guayaquil City y se olvida que el Ecuador también necesita progresar. Yo tenía un mejor concepto de usted, creía inclusive que usted podría ser un buen contrincante para nuestro presidente. Pero usted y Carlos Vera son un dúo dinámico en decadencia.
Qué feo saber que el Ecuador para usted no existe y que a Guayaquil le nació un Ecuador por sus alrededores.

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