lunes, junio 02, 2008

Bogotá vestida de poema (primera parte)

El lunes 26 de Mayo aterricé en Bogotá. Nublado el cielo, y yo con todas las expectativas. Me recibieron en la fila donde todos esperan. Allí estaba mi nombre colgado en una hoja de papel. Una vez en la ciudad, directamente hicimos ruta al hotel Dann Centro y luego directamente a la bella Zipaquira.


Ernesto Román (estupendo poeta venezolano) y su bella esposa Dora, junto con nuestra anfitriona (una tallerista de Rafael del Castillo Matamoros -organizador incanzable del festival, ya por 16 años-) nos acompañó en el camino lluvioso hacia la Catedral de sal.
Entramos en sus cuevas, luego de una caminata en la que siempre se mantuvo una enorme expectación.
Llegamos hasta el altar de la impresionante construcción minera, el olor a sal y a encierro se hacía cada vez más profundo. Allí, en el momento en que llegamos, se escuchaba la impresionante voz de Jota Mario Albeláez, el gran poeta colombiano, iniciador de Nadaísmo en el hermano país. Un bello poema se encendió en su voz y fue adentrándose en los escuchas con un profundo eco.


Luego, la voz de actor de Eduardo Lizalde, el gran poeta mexicano, para muchos la voz viva más importante del país del norte. Esa voz fluye como un torrente. Es un "tigre", como la alusión metafórica que lo caracteriza en su poesía. De hecho el poeta mexicano mismo lo ha dicho:
El tigre es una figura fascinante desde los tiempos bíblicos hasta la etapa actual y no creo que haya un escritor que no haya mencionado nunca al tigre. El tigre es la imagen de la muerte, de la destrucción, y además, de la belleza; es solamente un instrumento metafórico.


Más tarde, y para terminar (habíamos llegado ya casi al finalizar la inauguración del Festival) sonó la voz firme del poeta homenajeado en el encuentro: José Luis Díaz-Granados. Se dejó oír un poeta cernido por el tiempo. Cimentado en las raíces más frescas y tiernas, en donde la palabra crece de verdad.

Eso, y luego, lamentando no poder seguir escuchando, nos propusimos embarcar el "Tren de la poesía". Así se denominó el tren que llega desde Bogotá a Zipaquirá y visceversa. Me contaron que en la mañana, en el recorrido hacia el bello municipio de la sal, los poetas dijeron sus textos y la euforia estaba allí como una pasajera más.

Luego de ello comenzaríamos desde el martes 27 hasta el Sábado 31 de Mayo una larga semana para escuchar y conocer a la poesía de América Latina.

Todo esto lo iré contando en partes, porque hay mucho que decir y hablar sobre estos bellos días. Esto me sirve, además, para seguir viviendo estos momentos. Ya que el recuerdo es esa otra realidad (acaso la verdadera) para sujetar los instantes y no dejarlos caer en el sofocante pozo del olvido.

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