martes, agosto 14, 2007

Carolina


En un viaje de gitanos que hicimos con Julia y mis hijos por todo el Ecuador hace muy poquito, para vacacionar, estuve pensando en Augusto Rodríguez y en Carolina Patiño, queridos amigos, en nuestro paso por Guayaquil. Fuimos a Playas, donde nuestra gran amiga y poeta Carmen Váscones y seguimos recordando la figura de Carolina, su crisis con la vida y su acierto en la poesía.
Carolina estuvo en nuestro viaje como una atmósfera. De repernte, estando en Machala, un mensaje desesperado de Augusto para que lo llame. Por suerte Carmen nos había llamado para darnos la noticia de que Carolina ya no estaba en el mundo de los vivos. Que se había ido sin pedirnos permiso. Entonces llamé a Augusto y no supe decirle nada. Nunca se decir nada en esos casos. Las palabras no abrazan, no besan, no acarician. Las palabras son eso no más: sonidos.
Carolina estuvo en mi casa: cantamos, reimos, charlamos, nos regocijamos. La llegamos a querer un montón. Julia iba a presentar su libro. Teníamos una complicidad muy hermosa. La tenemos guardada en nuestros más hermosos recuerdos.

La muerte es tenaz y ella se ha encargado de quitarnos a la Carito. Lo importante es que ella esté mejor. Nosotros nos quedamos solitos y tristes, espero que ella en ese estado esté bien. Que su muerte sea su descanso.

Carmen escribió este bello texto que me atrevo a publicarlo sin su consentimiento ya que ahora se encuentra por las tierras canadienses.
En este poema esta también mi gran cariño por la pequeña Caro.

A Carolina Patiño

30/07/07

Ella muñeca de porcelana

yo muñeca de trapo

ambas sacamos los ojos

a yocasta

ella cosía

yo descosía

un hilo nos unía

la desolación

de una orfandad

parecida

a un ombligo seco

dentro de un espejo

El amor dolía

como hilos enredados

en la yugular del deseo

la diferencia

ella retornó al carrete

yo me fui

y lo convertí

en una carretera

carolina patinó

en la soledad

yo la habité

con encanto y despetalamiento

ella entre blanco y negro

debutó con su cuerpo y sombra a prisa

yo cansada de mi caos mental

me convertí en una paseante

las dos conversamos

sin entrometernos con el vacío

su imagen y la mía un relámpago de mar

te sentí mi pequeña

mis abrazos no te fueron suficiente

ni mis cantos retazos de memoria

tus miedos sin infancia

no se encontraron con los míos

a lo mejor hubiésemos limpiado

la cara al payaso y descubríamos

su rostro triste

a lo mejor a la araña la dibujábamos

y la hipnotizábamos para que teja

una red en la nada

a lo mejor pintábamos juntas

las imágenes descoloridas

de nuestras emociones

a lo mejor cosíamos juntas

el traje al emperador

y le cambiábamos el cuento

al feo y genial andersen

así nosotras nos sentíamos

bellas princesas y nos olvidábamos

de que alguna vez nos sentimos el patito feo

pero nada te fue suficiente

tambaleaste en el drama

una cuerda floja cayó

y no estuve allí

para convertirla en una vara mágica

o en una serpiente que pique al dolor

y lo aleje de ti

estoy con la tristeza pegada en toda mí

te rendiste

resisto

¿Por qué no me llamaste?

Te desabitaste de ti

me habito con no se qué

te encantó mi rincón de vida

como hubiera querido

te llevaras un pedazo

para que no te quedaras

sin tu cajita de recuerdos

sin tu ternura

sin tu voz

sin ti.

Ahora eres una mariposa

un silencio una incógnita

una chiquilla en el cuento

de la bella durmiente

despertando en la palabra

sin beso sin príncipe.
carmen vascones

1 comentario:

Eduardo Varas C dijo...

Xavier, esas noticias sí que suelen ser desvastadoras.. un abrazo